Fish

Un lugar de miserable ausencia,
hablo desde las carencias,
hablo de la falta,
o tal vez de lo que no necesito,
hay tanto beso desparramado
en este cuarto,
lo siento profano.
Y este aire que crees distinguir,
las horas pasan salpicando tu rostro
de arena,
toda la noche he esperado
la lluvia, esa que moja
para desterrar a la culpa
que me mira de reojo.
A la culpa que quiero tragar
y vomitarla de una vez.
A la culpa que cargamos
desde la cruz.
Un instante perfecto
el elegido nos enseña
a poner la otra mejilla,
el elegido con su estúpida
cara de beatitud.
Y escribo en tu muro
frenéticamente,
aullando con el corazón en
las manos, y esta esquizofrenia
me desdobla, y si me vieras,
tanta belleza rota inservible
un instante de inspiración
me poseen unas voces voraces
hambrientas de cuerpos alados.
Y escribo en tu muro
y mis ojos se dilatan,
quieren huir,
y la canción sonando dice
que te necesito a ti,
pero que he de hacer contigo
ausencia infinita,
que hago con vos,
si solo hace soledad en mis manos.

14

1
Besar, que ante todo sea el verso.
2
Como cuando intento besarte en sueños.
3
Y un sueño puede convertirse en azul.
4
Porque he visto pájaros azules
tan sobre mi cabeza, anidaban.
5
Esa manía de hacer nidos en mi
cabello petrificado.
6
No quiero decir que antes era distinto
supongo que desde niña tenía una estrella
amarilla en mi frente.
7
Y ese cuerpo, ese cuerpo como manantial
poblado de algas marinas.
8
Ese cuerpo es el que castigan las erinias
9
Me he visto en el espejo, desnuda
jugué con mis senos,
acaricié con una mirada mi piel.
10
Tan bella, tan radiantemente leprosa,
tan ultrajada.
11
No digo que lloré al verme a mí misma.
12
No. Guardé silencio.
13
y me masturbé sobre tu recuerdo.
14
y me arranqué tus mares
de todo mi cuerpo.

Deslizamiento

Cómo se escribe el deseo,
sólo ansío tu cuerpo,
tu cuerpo que es una incognita,
que es pura ilusión,
que lo construyo con palabras,
deseo tu nombre enteramente,
lo poseo, lo arranco,
me masturbo con tu nombre
alevosamente.
Me revuelco con tu sombra,
te destrozo/ destrozándome
y que no es cierto
no te poseo y eso me arde
en todo el cuerpo.

Te invento, invento tus manos
recorriendo mi cuerpo,
te invento, invento tu boca
apretando mis labios locamente,
cómo serán tus besos?
te invento, y deseo ese invento
con vehemencia.
Enloquezco de pensar que no te veo
y que te tengo dentro,
te llevo en mí todo el tiempo
en mi pensamiento,
te construyo, te destruyo,
te profano, te venero,
te invento pero eres aire
te invento y quiero asirte
te invento y no te tengo.

Natalia

Balbuceaba, todo estaba perfecto,
la belleza rebalsaba por dentro
algo la había animado.
Natalia eres tan ingenua a veces
que das lástima,
Natalia la vida pasa al lado tuyo,
dejá de pensar en momentos que ya no volverán,
Natalia junta tus pedazos caídos
después de esa tormenta,
no te lamentes por causas que no
pudiste ganar, continua luchando siempre
pero por tu vida.
Natalia hay lunas tan perfectas
en otros cielos lejanos,
deberías verlas,
deberías salir a caminar un rato
descalza, deberías hacerle el
amor desesperadamente a ese muchacho
que deseas desde hace unas semanas.
Natalia a vos te hablo,
despabilá tu conciencia,
soñá mundos nuevos,
soñá caricias que alivien,
soñá ser esa mujer que sos
pero que no se anima a salir.
Ya sé, tenés miedo,
tantas veces te ví llorando,
ya sé estás cansada
pero de eso se trata,
Natalia, nadie regala nada.
Natalia, soy yo,
tu imaginario,
soy yo que dice que
no quiero refugiarme en el lenguaje,
vamos anda!

Fin de los argumentos

Porque intento asirte con palabras,
porque siento que muero en cada noche,
porque no sé como encontrarte.
Porque esta noche nadie vino,
porque no hay rosas que cubran mi cuerpo,
porque la belleza dura un instante,
porque amar se vuelve lejano,
porque me siento pequeña.

Las lunas nunca me dijeron su nombre,
yo me he acercado tantas veces,
yo me he arrastrado en noches
que no sabía qué hacer con mi alma.

Porque salí corriendo detrás de un suspiro,
porque en noches como esta quise tenerte
para mí.
Porque intento asirte con palabras,
porque no sé de otro modo,
porque no puedes verme,
porque estás lejos,
porque intuyo tu suspiro,
porque un avión no alcanza,
porque nunca supe cómo decirlo.

Porque desbordan las horas
tan llena de vos, sin vos,
porque te invento,
pero no sé si sos lo que imagino.
Porque estoy cansadita de penas
y no quiero otra.
Porque te quiero y no.
Porque te quiero y no sé
cómo se pueden querer dos personas
sin palparse,
porque mi aire pide el tuyo
tan desconocido.
Porque se me acaban los porqué
y sigues ahí, tan lejos, tan cerca.

Encuentros lejanos

A ella, la loquita,
esa mujercita que se te metió
por la nariz.
Una argentinita más,
parecía tan común,
parecía un grito entre
tantos otros.
Pero la Argentinita era Maga,
no sé de dónde le salían destellos
tal vez de su mente insana..
La argentinita nunca sabe volver,
no pudo aprender jamás sobre
como ser mujer,
es una bomba de tiempo,
un mar horadando,
un cuerpo deshecho,
un sol verde,
pedacitos de otras vidas,
pedacitos de culturas lejanas,
oh! Había estudiado griego y latín
en la universidad,
había leído tantas cosas,
en tantas hojas y libros,
sabía sobre un tal Aleixandre,
de la generación del 27,
ah! dijiste, ya lo hablamos la primera vez,
la argentinita tenía ojeras
que de cerca no las ves,
la argentinita tenía estrellas
que desbordan su pantalón
y sus piernas, tan lindas!
están cansadas de tanto camino.
La argentinita tenía un nombre
que se desgasta de tanto nombrarlo,
tenía cielos y estrellas
y esa luna es la que los unirá
alguna vez. En sus ojos.

Las palabras...

Hace tanto frío en mi corazón
que las palabras se suicidan!
las palabras ya no son un refugio,
mira lo muda que he quedado,
me dices que no puedes verlo,
que no sabes qué es eso.
Yo sonrío,
en algún lugar he leído
que no hay que esperar
que nadie te sonría,
sonrío a mi suerte,
sonrío al desastre,
sonrío este hueco
con aire metafísico
que nadie ha de palpar.
Sonrío al espejo
que idiota me mira del revés.

Remordimiento como pez

Si alguien pronunciara tu nombre
Como lo has soñado,
Si los cuerpos serían puentes
A otro lugar,
Si no se tratase únicamente de los cuerpos,
Si se hablara otro lenguaje,
Si la noche dejara de ser luna,
Si la música sería la expresión
De tus ojos.

Si de tus ojos bebieran,
O de tus senos
Que se abren hasta estallar
Estrellas en tu cuerpo.

Encontrar tu nombre
Tan despojado de cuerpo,
Si la lluvia purificase,
Lluviecita de octubre
Tan cansadita como vos
De esperar para mojar.

Tan vejada por insectos
Como hombres que despedazan
tus muslos en noches
que huelen a alcohol y a
Cocaína barata
Que mata tu cerebro
Sin dejarte pensar,
Y te crees por un momento fuerte
Y te sientes poderosa.

El vómito que sientes dentro tuyo
Y quieres escupir salpicando a los demás
Y manchar su pulcritud hipócrita,
Y no sabes como redimirte,
Y te sientes sucia
Y es la culpa la que te señala
Y dices nunca más,
Pero es tu vida tan estúpida
Que el nunca más no se puede
Sostener. Y una vez más
Te despedazarán y llorarás,
Llorarás esa niña que aún vive
En tu interior y que mataron
Cuando te cegaron los ojos.

Ay! de esta pena

Pero si nunca se olvidan las horas
Que cuelgan del techo,
Tan ojerosas y oscuras,
Las otras que brillan
No sé como se pierden
Dentro del ventilador que gira.

Pero si no he de olvidar
El desastre, el destierro,
Y aunque me vista de sonrisa,
Sólo es por un rato,
Qué voy a hacer entonces
Con esta alma marchita,
Qué voy a hacer entonces
Con este cuerpo que resiste.

Pero si ya está escrito en alguna
Hoja perdida,
Pero si todo está dicho
Y nada se olvida,
Qué hago con los sueños?
Qué hago con esta vida!!

Para siempre

Hubo un tiempo en que creía
Distinguir el verde del amarillo,
Hubo un tiempo en que creía
Distinguir el pájaro de una jaula,
Hubo un tiempo en que creía
Que el sol resplandecía sobre mi cabeza.

Y es que hace tanto sol apagado
En esta tarde cenicienta,
Que me desangro por acercarme
Hacia el horizonte.

Detenidamente suspendo
Esta sangre que se derrama
Sobre mi pecho, como si fuera
Una roja rosa estallando en Hiroshima.

Y era tan efímero el recuerdo,
Tan perfectamente pequeño,
Podría hilvanarlos en una aguja
Para coserlos sobre mi cuerpo.

Y me fui adormeciendo,
Y me perdí en el sueño,
Y la niebla cruzaba en mis ojos
Y esta mañana desperté
Con agua salada en mis labios
Y ya no habrá besos para nadie
Porque me había muerto.
For ever and ever.

Memoria yo de ti

Memoria yo de ti
tenue, vaga, lejana,
las partes no pueden
alcanzar el todo.

No tus cenizas,
tu dorado cuerpo,
no tus cenizas,
tu ojos.

Memoria yo de ti,
que te has ido,
ausencia por todos lados
y en mi canto
todos los reproches
con cabezas de serpientes.

Memoria yo de ti,
que no puedo reconstruirte
corporeamente.

Cenizas tú,
cuerpo roto, yo.
Que mi cuerpo no respira
sin respirarte.
Me muero yo contigo
y la condena es verme
día a día entre almas
terrenas, y no hay ganas
de tener corazón y
hay ganas de no tener ganas.

Memoria yo de ti
y me duele lo errante
de mi vagabundeo,
y el llanto se abre paso
y te invoco y suerte triste!
tu nombre ya no es tuyo
ni mío, inombrable!

Soñándote

La utopía del sueño.
Soñar soñándo mi imagen,
el desdoblamiento,
soy el doble en mi propio
sueño, soy creadora de mi
sustancia.
Eso no importa cuando
apareces tú, y te sueño
invocando a una imagen
que no reconozco.
Creando un cuerpo
inmesamente solar
refulgente,
abstracto y divino.
Eres tu, entonces, el doble en mi sueño,
eres el doble de lo que imagino,
tú, el real, no existes
te asesino, te atornillo,
existe esa imagen tuya
que es mía que es la que
creé para mí.
Eres lo simbólico
lo imaginario,
te destruyo
sujeto de carne y hueso,
te poseo
sujeto etereo.

XXII

Caminando descalza,
mi alma se libera en esta noche
tan ausente de luna,
mi alma que es tan pequeña en esta
acuarela que es el mundo.

Mi cuerpo está pintando de un intenso azul
resplandeciente, mi cuerpo es el cosmos,
el cometa, la estrella que titila a lo lejos,
mi cuerpo es el margen, el centro, los
extremos.


Transformándome en crisálida,
en el proceso inverso,
mariposa crisantoleada,
mariposa aspirante a ser crisálida,
el devenir crisálida,
el devenir roca o capullo
o pequeño manatial.

Ínfima, íntima y desbordan
las palabras en mi fuente
de agua fresca, el caos
es solo el principio
después viene el silencio,
la muerte, la consumación,
el delirio. Y la palabra,
la palabra que corre siempre
detrás de querer decirse,
hacerse, serse.

Y yo muy en el fondo yo
que no puede liberarse
de ser sujeto de la enunciación,
me muero mientras me escribo.

Flagelos

Esta piel en la que me visto,
este traje corporal que visto
cada mañana, estaba poblado
de estrellas marinas, estaba
habitado por golondrinas,
ahora sólo es un desierto
inhabitable, un largo quejido.
Los soles extinguidos
en todos los cielos,
el destierro peregrino,
la noche inmensamente verde,
tristeza en todos mis rincones,
tristemente mujer representando
esta tragicomedia vacía de sentido.

Este cuerpo que ya no es una fiesta,
que no es ofrenda,
este cuerpo que es carencia,
que es la falta,
que es la castración,
tiene forma de mujer muerta
en un cuerpo que la contiene.

Incongruencias

Esta corporeidad deshecha,
esta piel marchita de sueños,
las palabras caían desde el cielo,
las palabras se hicieron pequeñas,
y el silencio, el silencio era espeso
y brumoso, era la explosión de lo no dicho,
en el reino de lo ilógico,
se percibían horas con aroma
a fragmentos.
Las palabras una vez más en el aire,
lo profano iba tomando sentido,
las voz diseminada,
la voz explotando en lo intraducible,
sujeto autorreferencial,
sujeto histórico concreto,
sujeto partido en pedacitos.
Las palabras se vengaban
de su ambición de comunicación,
la parodia de la palabra,
la palabra escrita,
escritura muerta y decadente,
hay que matar el dios,
dios ha muerto para siempre,
dios es nada,
absolutismo del lenguaje.
Trampas al lenguaje,
desde el lenguaje?

Rota

Y mañana cuando vista harapientas
horas sin fin, cuando lo violáceo
sean ojeras en mis labios,
cuando las palabras no sean
refugios, me desnudaré y esa
patética forma de lamerme las heridas
serán ecos fugaces destellantes
de vida.
Y tal vez no quieras oirme,
pero no importará porque no
serán las palabras las que hablen,
y dirás que estoy loca
porque balbuceo,
y yo me reiré de tu escasa
imaginación y te llamaré
hombre, demasiado estúpido
para comprender mi esquizofrenia.

Y jamás volveré a quererte
y me perderé vaciada de tí
y de tu historia, en el cosmos.
Y vomitaré tu nombre,
y escupiré sobre tus cenizas
y caeré de rodillas sobre mi
propio vómito, ebria
de alcohol barato
y me masturbaré una vez más
hasta quedar dormida ahogada
en mi llanto.