En tu nombre

Y los médanos serán témpanos
en el vértigo de la eternidad
y los pájaros serán árboles
en lo idéntico de la soledad...

Para empaparme en tu sombra,
rasgar tu vestido,
devorar tu conciencia,
abrasarte en mi hoguera,
beberte mujer enteramente.

Sigilosamente me acerco,
presiento, sin saberte,
tus colores, cuando te
busco no hay sitio en
donde no estés.

Te buscaré, más allá
de la noche, te buscaré
mas allá del universo,
te buscaré en las lágrimas
pártidas.

Y en tu nombre
encontraré mi despertar
soñándote a ti, mujer.

Te buscaré siempre
en este susurro
del lenguaje y allí
estarás encendida en mí
para siempre.

Pensamiento

En el borde,
romperé mis días
en los que suelo pensar
que ayer era distinto.

En la cornisa,
salpicada de manchas
que se derraman sobre
mi cuerpo. La madre culpa,
la conciencia.

Bendita culpa,
bendita seas tú
entre todas las mujeres.

Yo, sujeto de la enunciación,
o yo de carne y hueso,
la leprosa,
la maldita,
la oscura que vomita
sobre su cuerpo
y se levanta
sucia en alma y pensamientos.

Bailaré

Bailando con la muerte,
desafiando tus límites,
vertiendo mi alma en soledades,
bailando a la tristeza,
bailando como una loca
desenfrenada.

Mis pies sangrarán,
agujerearé mi cerebro,
anestesiaré mis sentidos,
bailaré, bailaré hasta que mi cuerpo
sea un desierto,
bailaré hasta que me caiga,
hasta que me doble,
hasta tragar polvo.

Bailaré en llantos
que empapen mis muslos,
bailaré sobre tu tumba,
bailaré sobre tus cenizas,
bailaré y lloraré
hasta que mis mares
se consuman.

Bailaré locamente, sí,
seré la reina de los
perdedores que han dejado
su alma en algún vaso de
cerveza, seré la reina
de todos los grises,
los muertos en vida,
bailaré.

Así fue

Hoy fumé cigarrillos
como loca.
Hoy me sentí muerta,
hoy me vestí con harapos,
hoy no pronuncié tu nombre.

Hoy el día se hizo trizas,
hoy el sol estaba celeste,
hoy la tristeza me empapó
el cerebro.

Hoy me masturbé con tu sombra,
hoy le jugué sucio a tu recuerdo,
hoy te destroné de mi imperio,
hoy he tragado espuma.

Hoy me burlé de la luna,
hoy salí corriendo detrás
de un fantasma,
hoy no pienso en noches y cuerpos
que rebozan placer.

Hoy vomité poesía de José Valente,
hoy Alejandra me habla,
hoy le canté a Fedérico,
hoy Aleixandre me susurró mares en el oido,
hoy me emborraché en honor a Baco.

Hoy pisotié tu sombra,
hoy me burlé del olvido,
hoy tiré de mi pelo,
hoy ironizo sobre mi vida,
hoy me río de mi destino.
Hoy no te nombro, no,
no te nombro para siempre.

Inasible

Inasible,
ilógico,
irremediable,
impermeable.

Mientras yo irradiaba
belleza a chorros
allá en otras épocas,
muslos firmes y redondos.
Cuando brillaba con luz
propia, cuando era una ramera
sin tristeza, cuando las
noches no alcanzaban
y los días eran cortos.
Cuando no conocía
tu rostro, ni tus gestos,
cuando no sabía el olor
de tu nombre, cuando los
excesos no tenían precio,
no adivinaba tu presencia
ni habías nacido para mí.

Exististe como una vaga
luz entre miles de ojos,
exististe y tu luz
cegó todo lo demás,
exististe y yo
nací nuevamente para
llenarte de mí.
Exististe y me poseiste
frenéticamente,
exististe y yo dejé
de existir....

Nunca, nadie, nada

No, un grito en el filo del
silencio. No, una voz que se
calla hablando impertinencias.
Nada, nunca, nadie.
nadie nunca nada
nunca nadie nada.
El aire se ha vuelto frío,
el aire me hiere profundo.
El aire, mariposa negra que
besa desgarrando mis sueños.
No, los soles siguen grises
de invierno.
No, yo sabía de cuentos
de hadas y fábulas, yo
sabía de mundos distintos,
los soles eran rojos y eternos,
los soles eran sonrisas
en las pestañas de niños.
Cuando era niña,
ayer? años? siglos?
Sí, cuando era niña
y vestía de anciana
porque la tristeza
siempre habitó mis caminos,
y eran verdes y olían a jazmín
y a moras negras.
No: nunca nadie dió nada

Imperativo

Rómpeme los huesos
de un mordisco insano.
Derríteme en un abrazo
empapado de lluvia sudorosa.
Desátame las cuerdas
que amarran mi alma.
Desempólvame las telas
de araña que habitan
en mi cerebro.
Agítame las estructuras
lingüísticas.

En el imperio solar
hay besos alados,
esperando la llegada
de labios cálidos.

En mi lunar rojizo
hay una espalda
implorando caricias
y besos que incendien
mi piel rosa.

Un viaje cósmico,
un viaje en bicicleta
para remontar vuelo,
estrellarme y resurgir
rota y desestructurada.

Una vez más,
déjame pedirte que
me estrángules
con tus manos,
con tus pies,
rómpeme los huesos!

Cayendo

Tambaleando,
dejo caer un grito,
dejo caer mis labios
dejo caer mi sentido.
Naufragando,
son los sueños
los que no me dejan dormir.
Cayendo lentamente,
cayendo mortalmente,
para caer no hacen falta alas,
para caer no hacen falta besos.
Caigo, caigo, eternamente.
No, un abrazo no detendrá
este caer perpetuo.
No, una mariposa
posandose en mi nariz,
no, sigo cayendo,
ya no quiero detenerme.

Para esta noche

Para esta noche en que
me atrevo a amarte,
para esta noche
que he saltado sobre ti,
para esta noche en
la que escavo locamente
la tierra de mis recuerdos,
me he vestido de muerta.

Porque no puedo amar
una sombra que se deshace
en mi abrazo.
Me visto de muerta
para que te acerques,
no voy a hablar,
comprendí que tu lenguaje
es la mirada,
con los ojos abiertos
grandes y volados hacia
otro universo.
No diré nada,
me desnudaré y quedaré ante
ti sin lenguaje ni vestimenta,
sin artificio.