Ariadna

Dulces olores a tardes virgenes,
olores herían el alma con saetas
perfumadas a tierra mojada,
nostalgias danzaban en tu presencia.
Danzas rítmicas tribales,
rostros sudorosos evocando
sueños confusos de peces de fuego
sobre mis labios.
Nostalgias con cuerpo de mujer desecho,
nostalgias de vidas pasadas inconclusas,
largas cabelleras ofrecían rosas como sombreros,
diccionarios despedazados por palabras dialógicas,
enormes arañas en la pared de mi casa
guiñaban 50 ojos mientras me decían
ahora somos oroño y tú eres una araña
tejiendo redes, tejiendo trampas.

Vuelo de hadas

En la cornisa, en puntas de pie,
Luciérnagas dibujaban mi camino,
Perfumado aroma de flores en capullo,
Misterioso viaje, bruma densa,
Salpicando mi cuerpo con delicadas
Gotas.

Te pude ver en mis sueños,
tu vestido azul,
tus delcazos pies,
me mirabas risueña,
extendiéndome tu blanca mano.

Tarareabas una canción extraña,
mágico vuelo lila,
de tus alas se desprendía un
polvo dorado brillante,
vuelo de ensueño.

Me mostraste el camino hacia el bosque,
me enseñaste los árboles encantados,
los soles verdes, y la luna celeste,
los ríos con peces fantásticos,
unicornios y minotauros.
Hermoso camino, hermoso
alguien me llamó y te fuiste,
en mi cuerpo hay polvo dorado…

Matriarca

Tensión infinita, fui acercándome
despacio, eres mi prisionero,
podría clavar mis colmillos en tu
cuello.
Podría recorrerte entero,
dejo caer unas gotas de vino
sobre tu cuerpo palpitante.
Voy a lamerte, tragando vino
y sudor enrojecido.
Voy a acosarte, a envolverte
con mis remolinos de agua
clara, con mis alas de mariposa
agitada.
Voy a conquistar tus tierras,
eres mío, enterate de una vez,
soy una amazona cazadora.
Soy la mujer sátiro, vas a
quedar rendido entre redes
que ha tejido ariadna para mi
auxilio.
Te devoro, eres mío, te saboreo,
te mastico, eres mío.

Naderías

Remolinos de viento,
jugueteando con las hojas doradas,
vuelos de mariposa sobre tu pelo
revuelto, estabas tan hermosa
despreocupada.
Estabas tan fresca, tan joven,
me llamabas haciéndome un gesto
con las manos, querías que te corra,
a veces para complacerte,
corría detrás tuyo, solamente
para escucharte reir, a veces
prefería quedarme y mirarte.
Te enojabas y eso me gustaba,
porque entonces, querías
tirarme en la arena y yo podía
sentir tus caderas.
Todo eso se fue perdiendo,
lo olvidamos en algún momento,
en otros cuerpos, en otras manos.

Duele tu cuerpo ausente

Quisiera esta noche desnudar mi alma,
desnudarme sin miedo, esa música
que escucho, melodía de ocasos rojos,
hay un violín dentro mío.
Tristeza, si hubieras vistos mis soles,
si por una vez me miraras desde el alma,
si me vieras así. No puedes, lo sé,
no es necesario que hables.
Calla, calla, déjame escuchar esta música,
dejame derramar ríos desde mis ojos.
No me hables, no, no me interrumpas,
déjame con mi silencio, con mis abriles
amarillos, con mis abriles marchitos.
Déjame, que duele haberte querido,
duele saber que te olvido, duele, ya no eres mío.
Duele la noche, duelen las horas, el reloj,
vete, vete, no puedo verte, no te das cuenta
que me enfureces? Vete, que necesito reconstruirme,
anda, anda, no te vuelvas para verme.
No vuelvas, todo está en ruinas, no vuelvas
no me reconocerás.

Composición erótica

Envolviéndote con mi niebla,
transportándonos al infinito,
de nuestros cuerpos se desprendía
poesía.
Miradas que decían rosas y crisantemos,
caricias como mariposas revoloteando,
lenguas que abrasaban, chorreando mares,
dibujando nuestros contornos.
Me penetrabas una y mil veces con tus palabras,
esas palabras que solo quiero oir de tu labios,
esas palabras que encienden mis bosques.
La música que imaginabamos en nuestras pieles,
la música que solo contigo puedo componer,
música que desgarra, convirtiéndome en loba sedienta.
El deseo de conquistar tus tierras, tus mares,
tus bordes, tu boca recorriéndome,
mi boca descubriéndote, tu nombre como un susurro,
mi nombre en tus dedos.

Soledades

Escribir desde el dolor o dentro de él
me cansa, quiero estar fuera,
con el tiempo aprendí a esperar poco,
no pido demasiado.
Al fin de cuentas uno enfrenta solo a la muerte,
vete de mi lado tristeza, vete, vete,
dejame soñar un minuto, una vida que no sea ésta,
un camino que no sea el mío.
El tic tac del reloj estremece, tic tac,
tic tac, zumbador, alejate un instante, no quiero oir
ni ver a nadie, no quiero ver el reflejo en el espejo.
No quiero amarte, no puedo amarte, estoy del otro lado,
no me preguntes cómo, no hay respuestas.
no queda nada