lunes, 26 de octubre de 2009

Encuentros lejanos


A ella, la loquita,
esa mujercita que se te metió
por la nariz.
Una argentinita más,
parecía tan común,
parecía un grito entre
tantos otros.
Pero la Argentinita era Maga,
no sé de dónde le salían destellos
tal vez de su mente insana..
La argentinita nunca sabe volver,
no pudo aprender jamás sobre
como ser mujer,
es una bomba de tiempo,
un mar horadando,
un cuerpo deshecho,
un sol verde,
pedacitos de otras vidas,
pedacitos de culturas lejanas,
oh! Había estudiado griego y latín
en la universidad,
había leído tantas cosas,
en tantas hojas y libros,
sabía sobre un tal Aleixandre,
de la generación del 27,
ah! dijiste, ya lo hablamos la primera vez,
la argentinita tenía ojeras
que de cerca no las ves,
la argentinita tenía estrellas
que desbordan su pantalón
y sus piernas, tan lindas!
están cansadas de tanto camino.
La argentinita tenía un nombre
que se desgasta de tanto nombrarlo,
tenía cielos y estrellas
y esa luna es la que los unirá
alguna vez. En sus ojos.

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