No, un grito en el filo del
silencio. No, una voz que se
calla hablando impertinencias.
Nada, nunca, nadie.
nadie nunca nada
nunca nadie nada.
El aire se ha vuelto frío,
el aire me hiere profundo.
El aire, mariposa negra que
besa desgarrando mis sueños.
No, los soles siguen grises
de invierno.
No, yo sabía de cuentos
de hadas y fábulas, yo
sabía de mundos distintos,
los soles eran rojos y eternos,
los soles eran sonrisas
en las pestañas de niños.
Cuando era niña,
ayer? años? siglos?
Sí, cuando era niña
y vestía de anciana
porque la tristeza
siempre habitó mis caminos,
y eran verdes y olían a jazmín
y a moras negras.
No: nunca nadie dió nada
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