domingo, 22 de noviembre de 2009

Péndulo


No trátese de Nada, nunca para Nadie

Que retumbe el silencio,
que la palabra no sea don,
para nada, para nadie.
La palabra en la que nos
vemos envueltos,
arrojados en la noche,
insomnios lunares,
palimpsestos rodean
la intertextualidad,
superlativizando mi existencia.

Si fuera banal,
si fuera la existencia gris
una persona más
un número de documento,
un carnet de conducir,
un carnet de lector,
las bibliotecas...
esos lugares donde puedo morir
voluptuosamente,
donde el grito es la ausencia
del grito,
donde la escritura se muere
encerrada en esos libros
y esos muebles antiguos.
Quien escribe está en destierro
de esa escritura.
Nunca serás profeta en tu tierra!

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