lunes, 31 de agosto de 2009

No me nombres


Bebiendo soledades,
es decir, el aire a veces
conmueve de solo respirarlo.
Bebiendo horas de mis hojas
amarillas, tal vez
encuentre mis horas
violetas de años pasados.
No puedo distinguir el horizonte,
soy una naúfraga en mi mar,
soy una moribunda que no termina
de morir.

Errante,
viajera,
la noche me duele
en la espalda,
la noche me duele
en las lágrimas
que dejé junto al río
sin mirar atrás.

Dejé atrás los besos
que nunca fueron míos,
dejé atrás tu nombre
y no quiero que pronuncies el mío.

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