miércoles, 1 de julio de 2009

Ojalá estuvieras aquí


Ojalá estuvieras aquí

Así que ahora distingues la brisa

del viento, la hora del reloj en la pared

marca las 2 de la madrugada

y es tu ausencia tan transparente,

que mis ojos no perciben tus destellos,

así que en tu viaje te diste cuenta

del amarillo del otoño y que mi corazón

es gris de invierno, me decías: “antes reías

más” y es que con 18 años uno tiene una sonrisa

por delante, un mundo que derribar.

La realidad a veces es otra: el mundo te derriba.

Las palabras son tan pequeñas esta noche

y la luna, belleza naranja a las 12 de la noche

se ha muerto en el blanco pálido de mi rostro,

la belleza de esta noche tan fría, poblada

de estrellas lejanas, me resulta indiferente,

casi inapropiada.

Calla noche, calla, déjame que beba

tu universo constelado, déjame

que me llene con tu abrazo iluminado,

no me dejes sola con mis fantasmas,

no me dejes esta noche en que recuerdo

un cuerpo que ya es frío como un puñal,

un cuerpo que ha sido devorado por gusanos,

un cuerpo atrapado en su propia red.

No dejes que recuerde besos que ya no serán

míos ni de nadie, no dejes que recuerde

un nombre que ya no puedo pronunciar.

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