sábado, 9 de mayo de 2009

Muero en el el dolor de no aceptarlo


Esa soga que apretó tu cuello,
esa soga que extinguió tu luz,
esa con la que decidiste escaparte,
fugarte como se fugan los rayos de luz
en un sotano que no se abre.
Esa soga es la que está apretando
mis días, es la que se burla de mis
fracasos, la que se ríe de mis derrotas.
Muero día a día, en las noches desoladas
de caricias profanas en nombre de un amor
falso.
Muero con las lunas que ya no puedes ver,
tus ojos ya no tienen pupilas,
tus ojos se han volado como pájaros,
tus ojos como luceros extinguidos.
Muero en mi vivir cotidiano,
en mis tazas de café y mis cigarrillos
apretados.

1 comentario:

  1. Muero sin derramar una lagrima, mientras que en mi alma mares se derraman...

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